Primero, se observan avances notables sobre todo
en el área de la prematuridad, aunque no hubo esfuerzos precisos y directos
para neuro-proteger el recién-nacido. Por ejemplo, solo en una clasificación de
las principales causas de hándicap de 1990, las problemáticas neurológicas
relacionadas con la prematuridad estaban aproximadamente al 15 plazo.
Veinte años después, en 2010, los factores relacionados con la
prematuridad se colocaron al plazo 25 y aumentó la tasa de
sobrevivencia de recién-nacidos con edad gestacional baja y riesgo mayor de
vulnerabilidad neurológica).
En suma, ¡los niños están mejor que antes! De
veras, es un buen comienzo: es fácil pensar que se pueda obtener resultados
cada vez más alentadores o acelerar esos resultados con acciones más
específicas y directas para proteger al cerebro en fase de desarrollo.
Pocas personas saben que el nacimiento y los primeros momentos de vida posteriores al nacimiento puedan ser difíciles incluso para los recién-nacidos a término.
Pensamos que ellos no tienen ningún problema solamente porque el embarazo fue bello, sereno y sin dificultades. En cambio, podrían verificarse lesiones graves como ictus (infartos arteriosos, en que pequeñas ramificaciones arteriales “se cerrarían” al causar una isquemia en el tejido cerebral) o lesiones isquémicas que resultan de asfixia cerebral. La asfixia cerebral consta de una inesperada ausencia de actividad vital al nacer que necesita de manobras savias de reanimación y de terapias especificas (como el enfriamiento, la hipotermia)
Aproximadamente, estas patologías se presentan con una incidencia de un recién-nacido cada mil. Por desgracia, ese dato permanece estable durante los últimos anos. En el “universo” de la prematuridad, los esfuerzos de investigación deberían tender a dos direcciones.
Primero, hay que estudiar de manera cada vez más honda las hemorragias que podrían afectar a los recién-nacidos más prematuros (hemorragias intraventriculares y hemorragias del cerebelo junto con las anomalías de la substancia blanca.
Asimismo, se anhela a que el cerebro del recién nacido prematuro se desarrolle mejor. De hecho, es un órgano inmaduro que no se desarrolló como debería, porque el niño no estuvo en el vientre materno durante más tiempo.
Esto es el aspecto más complejo del recién-nacido: ¿cómo podríamos reproducir mejor las condiciones de vida intrauterina? Ellas son tan difíciles para pensar siempre que un recién-nacido con peso inferior de 1500-1000 gramos vive una situación complicada en la unidad de terapia intensiva neonatal.
Eu-Brain nació para promover la urgencia de cumplir estos avances.
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